sábado, 6 de febrero de 2016

(Crónica) De Otto Bemberg a Víctor Blanco: el parque de la cervecería de Quilmes, el bien de los empleados

Lo que alguna vez fue el campo de deportes delo s empleados de la fábrica, en la actualidad el espacio se encuentra en un dilema que afecta a gran parte de los ciudadanos de Quilmes. El parque de la Cervecería frente a rumores, despidos y cierre.

Son las seis de la tarde y vuelvo por el mismo trayecto de siempre, tomo el pintoresco atajo del popular barrio de la cervecería de Quilmes; “Villa Argentina” ubicado sobre Av. Otto S. Bemberg. El tramo es oblicuo y esta envuelto por Plátanos alineados a la calle, son árboles altos que se cierran en sus copas frondosas y con los años conformaron un techo de hojas y ramas que se entrecruzan.
Al salir de las rotondas que caracterizan a la villa, pasando por la capilla y el colegio Manuel Belgrano, llego a las puertas del Parque de la cervecería. Al final de la calle, sobre Av. Triunvirato, observo a un grupo de personas que me obligan a desviarme. Detrás de la manifestación acompañada de bombos se visibiliza una columna de humo negro que impresiona y da dramatismo a la situación, el transito esta completamente interrumpido y las puertas de madera del parque están cerradas extrañamente.

Leandro Savaro tiene 28 años; trabajó nueve en la firma Cerve S.A. Una sociedad compartida por siete personas que entre ellos figura Víctor Blanco, el actual presidente de Racing, quien también es un importante empresario en el ámbito hotelero y gastronómico en el país. Cerve S.A. obtuvo la concesión de la Cervecería para explotar el salón cervecero. El mismo funcionaba como restaurante abierto al público pero desde el 28 de abril del 2015 se encuentra cerrado, supuestamente, por “reformas”.
Leandro es un pibe trabajador, vive en el barrio fundado por la cooperativa cervecera que no es Villa Argentina, sino que este pequeño barrio se encuentra a unas diez cuadras al sur del Parque de la Cervecería y está situado sobre la calle Ricardo Gutiérrez.
Me comunico temprano con Leandro, luego de mantener charlas previas, para concretar una entrevista. Se habrá sentido sorprendido por el llamado a esas horas de la mañana del sábado 13 de junio. Concretamos que en unas horas iríamos a su casa.
Leandro no se apuro a cambiarse, no se afeito ni se peino, alcanzo a estirarse en la cama y se limito a levantarse, tal vez de mala gana. Llegamos mi colega y yo. Tocamos timbre. Leandro no entendía muy bien porque dos jóvenes se interesaban tanto por lo que había pasado ¿En carácter de que? ¿Periodistas? ¿De la Universidad de Quilmes?
Nos abre Leandro y nos encontramos con un joven amable, de ánimo triste, parece recién levantado, nos invita a pasar. Nos cuenta porque esta desempleado y siente que lo obligaron a tomarse unas vacaciones imprevistas, que le vinieron bien, según él. Hace dos meses que dejó de trabajar en el restaurante del Parque. Habla pausado y tranquilo, como si estuviese hastiado de hablar sobre el tema; da la impresión de que no hay más nada que hacer.  
-Trabajé tres años de mozo de salón con recibo de mozo de barra y estuve de cajero.
-¿Y que pasó?
Fueron los delegados al sindicato por el despido de una compañera que estaba con licencia psiquiatrica. Los delegados se enteraron en el sindicato que nos iban a echar a todos y nos contaron a nosotros. Cuando la empresa se enteró de que todos sabíamos mandaron el telegrama. Esto fue un viernes y el lunes siguiente nos enviaron el telegrama, faltando doce días para el cierre.
-¿Cuál era el motivo con el que justificaban los despidos?
-Se vencía el contrato de la concesión. Eso es lo que figura en el telegrama y la empresa te indemnizaba por el Articulo 247 que era pagándote el 50% de la indemnización por despido en situaciones de cierra por fuerza mayor. En realidad para que te paguen el 50% debían haber pasado algunas pautas que no se cumplieron. Hoy en día estamos peleando eso, tenemos abogados yendo a conciliaciones pero bueno todavía no se llego a ningún arreglo y ya pasaron casi dos meses.  Peleamos el 100% de la indemnización, en sí de los 60 empleados mas o menos 48 ya arreglaron por el 50% o tal vez un poco más de la indemnización. Hubo un par de reuniones donde el dueño te citaba para ofrecerte un número por encima del 50% de la compensación. Algunos arreglaron pero quedó ahí, se diluyo. Ahora nos quieren dar un 70% sin los preavisos (meses que corresponde del preaviso de despido) solo por la antigüedad. Según la antigüedad que uno tenga existe por ley un tiempo estimado, en mi caso son 2 meses de preaviso.
Acá avisaron 12 días antes. La idea era que no nos enteremos, que llegue la fecha y el día de la fecha ir a trabajar y que este cerrado. Bueno se adelantó el tema porque nosotros nos enteramos. Fue de casualidad. Nos llego el telegrama que decía que desde 28 de abril estábamos despedidos. Algunos seguimos trabajando hasta el 28 y hubo otros que desde la fecha del telegrama pusieron abogados y dejaron de ir.

Otto S. Bemberg, fue el fundador de la Cervecería y Maltería Quilmes S.A. y también del Parque de la Cervecería. Bemberg fue caracterizado como un empleador ejemplar que se interesaba por brindar una vida digna a sus empleados. Después de haber pedido las tierras al municipio para construir la fábrica de la cervecería y el campo de deportes (Actual Parque de la Cervecería) también ideó e impulsó la construcción de un barrio adyacente en 1925, con un total de 192 viviendas con ornamentaciones inspiradas en los barrios europeos de los años 20. Dentro de este barrio también fundo una escuela, la actual escuela N°30 o Manuel Belgrano y en 1966 inauguró una capilla.
Un libro de tapa amarilla viejo y olvidado en la biblioteca pública de Quilmes recorre la historia de la cervecería. Narra la historia y su fundación haciendo un panorama de la función social que esta cumplía junto al reconocido parque. El libro parece haber sido impulsado y creado por la misma empresa. Recopila anécdotas, testimonios y toda clase de datos sobre el funcionamiento de la fábrica y sus actividades en las zonas linderas al oeste de la ciudad.
Aquella original actitud de desarrollo social fue la que guió la adquisición de 105.000 m² para construir un barrio de viviendas en terrenos adyacentes al Parque. Se trataba de una verdadera ciudad jardín con viviendas rodeadas de amplios espacios verde, techos de tejas, carpinterías de hierro y madera y otros elementos constructivos de calidad artesanal” (El libro del Centenario de la cervecería Quilmes;1990)
El campo de deportes de Bemberg, hoy parque de la cervecería, se concretó en 1922 con 87.000m². Fue la cita obligada para empleados e hijos en las fiestas de fin de año brindadas por Bemberg, además, el espacio se utilizaba para brindar actividades deportivas y recreativas como espectáculos circenses y bailes. Casi siempre tenía la función de local bailable que comenzaba al fin de la jornada laboral. En realidad se utilizaba de manera promocional de la cerveza. Era un espacio donde al fundador decidió construir su casa de campo y donde este podría rodearse de celebridades conformando una especie de club.
Hoy el predio cuenta con Canchas de futbol, juegos para niños y un gran salón con pisos de madera junto con una barra que ofrece la cerveza tirada a un precio menor que el comercial. Lo que alguna vez había sido un lugar predilecto para que su fundador promocionara la cerveza y pasaran personalidades reconocidas internacionalmente, hasta hace unos pocos días funcionaba como restaurante de carácter privado. La concesión comenzó en 1998 y vencía en 2015. Desde la página Web oficial del Parque se disculpaban con los clientes explicando que desde el 28 de abril estaría cerrado por reformas. Desde su cuenta en Facebook resumen de la misma forma el cierre del restaurante. También circularon cadenas en las redes sociales que exponían la cara de uno de los socios de la empresa que explotaba el salón de eventos, Víctor Blanco. La imagen estaba acompañada a un texto donde se lo acusaba al actual presidente de Racing por los despidos. Poco se sabía de la propiedad e incluso de la suerte de los trabajadores. Era común el cierre del parque si se veía afectado a fiestas organizadas particularmente por la cervecería pero en esta ocasión llamo la atención de la comunidad Quilmeña. De los tres cortes de calle que se produjeron el que tuvo mayor repercusión fue el del 21 de mayo, ese mismo día se hicieron presentes medios audiovisuales y medios gráficos locales, habló la delegada, hubo ruido y ninguna respuesta.

María Ángela Palacios tiene 72 años, vino a Quilmes desde Catamarca en 1972, corta cebollas para hacer el almuerzo para sus nietos. Es vecina del barrio Nueva Villa Argentina que se encuentra al extremo sur del Parque a pocos metros del barrio donde vive Leandro. Ángela recuerda los años setenta, cuando acompañaba a sus hijos a catecismo, ellos eran alumnos de la escuela N°30. Para hacer un poco de tiempo llevaba el termo para disfrutar del día con una merienda al aire libre, se sentaban en un banco del Parque a tomar mate cocido con pan casero.

-Todos iban a merendar al parque, a veces íbamos con Chelo (María Consuelo Alonso De Rubalcaba), mi vecina venía con sus hijos, los chicos Rubalcaba. Íbamos todos a hacer picnic. Toda la gente iba a tomar mates, muchos chicos. Hasta que después prohibieron entrar con alimentos.

Angela, como tantos otros vecinos, le resultaba inverosímil la idea de que el parque cerrara. Lo que generaba mayor incertidumbre era el rumor sobre el que este podría convertirse en un barrio privado. El rumor original que corría, hacía varios años había vuelto a tener un pico de atención en el conflicto y en el conocimiento popular.
El cierre del parque coincidió directamente con el evento del corte de la calle, según Leandro, la empresa no se lo esperaba. El parque que comúnmente reúne a vecinos que concurren a realizar actividades deportivas diversas, por unos días no se los permitió. Esto quedo claro al observar las caras de desconcierto cuando a medida que llegaban los usuarios recurrentes para cumplir con sus rutinas deportivas se acercaban a preguntarle al personal de seguridad, que nerviosos y atrincherados no daban muchas respuestas. Durante los días que permaneció cerrado se produjo una citación al total de los 60 empleados despedidos, fue una cita para una conciliación monetaria.

Poco a poco se reunieron los empleados que finalmente decidieron ceder frente a la empresa, de los cuales se hicieron presentes la mayoría. Todos estaban inquietos, la situación era extraña e incomoda ya que no se sentían bien al respecto sabiendo que algunos sus compañeros no quisieron alcanzar esta conciliación. Víctor Blanco y sus socios estaban reunidos en el salón del restaurante, solo acompañados por el personal de seguridad y algunos de administración que no habían sido despedidos. El objetivo era ofrecer una compensación que a ambas partes les fuese conveniente. Los hicieron pasar de a uno a la vez, mientras tanto los demás esperaban fuera del parque junto a las puertas de madera. Se veían impacientes y un poco confundidos por la forma de accionar de sus empleadores, como si les temieran. El fin ultimo de este mal procedimiento frente a los empleados, no fue otra cosa que finalizar con el cambió de firma y la limpieza de los trabajadores que acumulaban antigüedad. Este proceder es algo muy común en el rubro gastronómico. Cierran, cambian de firma e intentan llegar a un acuerdo, una indemnización que convenga para no llegar a las vías legales. El mismo dueño había dicho que se iban a presentar a licitación y que iba a abrir en septiembre porque se iba a llevar a cabo la remodelación efectivamente, pero hace 2 meses que no hay movimiento en el restaurante. El espacio y la explotación gastronomica en términos de rentabilidad fue siempre positivo asegura Leandro -“Trabajaba muy bien, hasta AFIP indicaba que la empresa en los últimos 4 años había crecido”  Luego de conocer el testimonio de Leandro, uno de los empleados que no había alcanzado conciliar con la empresa, nos pusimos en contacto con uno de los socios de la firma, la cara visible de la empresa, Víctor Blanco, principal protagonista y mayormente afectado por su carácter público y sus relaciones con el ambiente futbolístico. Luego de varios intentos para lograr comunicarnos vía mensajes de texto, no accedió a contactarse cara a cara alegando que no se encontraba en el país. Pero accedió a responder distendidamente a través de comunicaciones telefónicas.
-La concesión terminó, tenía contrato por 16 años, el parque es de Quilmes. Dependerá de lo que quiere hacer la cervecería, no de mí.
-¿Y las indemnizaciones a los empleados que fueron despedidos?
Se pagaron de acuerdo a la ley y de común acuerdo con el personal y sus delegados, al momento firmaron y cobraron más del 80% de los empleados sin ningún inconveniente. Es bueno decir que al vencer la Concesión y no renovar el contrato no fue agradable para nuestra empresa. La empresa fue un ejemplo en estos 16 años con los pagos y obras sociales de la gente, cosa no muy común en este tipo de concesiones, si recordamos el concesionario anterior se fue de un día para otro y no le pago a nadie. Los empleados la gran mayoría es gente muy buena, salvo algunos vivos que siempre hay en todas partes.
El empresario hizo entender que el tema ya estaba cerrado y a pesar de todo sentía que el conflicto pesaba mas en su espalda que en las de los otros socios, probablemente porque él se veía mas expuesto.
- Los empleados los conocen a casi todos los dueños, la realidad es esta. Se les pago toda la antigüedad, por eso firmaron con el sindicato y el ministerio más de 44 empleados, los que quedan buscan otro tipo de excusa promovido por sus abogados. Pagamos más de 4.000.000 millones en indemnizaciones.


-La cuestión es que ellos reclaman que no cumplieron con los preavisos
-Lo hicimos cuando supimos ciertamente que no renovábamos, al margen eso no tiene nada que ver, nosotros enviamos los telegramas correspondientes a todos.
Espero te pueda haber ayudado a aclarar un poco, no soy de contestar mucho, por eso motivo nunca respondí las agresiones de una pequeña parte de personal y me quedo con la imagen de la gran mayoría de los empleados.

El Parque de la cervecería no brindó información ni emitió opinión sobre lo acontecido. Los trabajadores de la fabrica poco saben de lo que pasa en el parque de la cervecería, posiblemente sea consecuencia de que el predio dejó de cumplir esas bondades sociales que alguna vez habría ideado Otto Bemberg. El parque solo es utilizado por algunos empleados para acceder a las canchas de fútbol y la pileta. El público, los vecinos, solo pueden acceder a caminar por los caminos de arena, correr, trotar, entrar y salir, no se puede ingresar con bicicletas, se puede practicar tenis pero el servicio es privado. No se puede ingresar con bebidas ni alimentos, no se puede hacer picnic. El día de la primavera ya no es punto de reunión para los jóvenes, hoy en día las parejitas suelen acomodarse atrás de un árbol, llevan una manta y pasan la tarde. No se sabe si el restaurante va a volver a abrir. Esta claro que el rumor que mantienen vivo los vecinos sobre el avance de los barrios privados en la zona sur y su posible afectacion seguira dando vueltas. Hoy el parque esta abierto, el verano pasó y el restaurant sigue cerrado.

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